El proyecto se divide en cuatro fases. La primera, que se prolongará hasta finales de verano, se limitará a ejecutar simulaciones en las áreas donde el día de mañana serán destinados los primeros robots. Posteriormente irán llegando el resto de fases, destinadas a lograr una aceptación pública, técnica y comercial por parte de la ciudad maña, según ha comunicado la empresa.
Esos primeros compases del proyecto los marcará el seguimiento continuo del funcionamiento de los robots antes de ponerlos efectivamente en las calles. Entonces será el momento de que empiecen a repartir pedidos a domicilio. En el comunicado de la empresa no han especificado si tendrán prioridad las comandas de algún tipo concreto, como restauración o alimentación, aunque sí han matizado que los comercios locales tendrán un gran peso en el proyecto.
Los robots llegarán con sensores LiDAR, cámaras para ver los 360º del entorno, sensores de ultrasonidos o GNSS, un término que engloba los distintos sistemas de posicionamiento satelital globales (GPS, GLONASS, Galileo...). Gracias a ellos podrá detectar obstáculos, ya sean peatones, coches, bicicletas, animales... y esquivarlos o detenerse, lo que resulte más seguro.
Aunque son robots autónomos diseñados para que puedan llegar del punto A al punto B por sí mismos, también pueden ser controlados de forma remota por un operador humano en caso de que sea necesario. Algo similar a los coches autónomos que han estado siendo probados durante los últimos años: un humano como respaldo ante emergencias. Solo que aquí, lógicamente, no irán subidos encima, sino que realizarán el control a distancia.
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