El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés, Internet of Things) se refiere a la red interconectada de objetos físicos que están equipados con sensores, software y otros componentes tecnológicos que les permiten recopilar y compartir datos a través de Internet.
Estos objetos pueden ser desde electrodomésticos y vehículos hasta dispositivos médicos y sensores industriales, entre otros.
La idea detrás del IoT es conectar objetos cotidianos y no tan cotidianos a la red para recopilar información en tiempo real, comunicarse entre sí y con sistemas informáticos, y tomar decisiones autónomas o basadas en análisis de datos. Esto permite una mayor automatización, eficiencia y comodidad en diversos aspectos de la vida y la industria.
Los dispositivos IoT suelen recopilar datos de su entorno mediante sensores, como temperatura, humedad, movimiento, ubicación, presión, etc. Luego, estos datos se transmiten a través de conexiones de red, como Wi-Fi, Bluetooth, redes celulares u otras tecnologías, para su procesamiento y análisis en sistemas informáticos que pueden tomar decisiones o proporcionar información útil a los usuarios.
El IoT tiene aplicaciones en una amplia variedad de sectores, como el hogar inteligente (domótica), la salud (monitoreo médico), la industria manufacturera (automatización de procesos), la agricultura (agricultura de precisión), el transporte (vehículos conectados), la logística (seguimiento de activos) y muchas otras áreas.
Sin embargo, el IoT también plantea desafíos en términos de seguridad y privacidad, ya que la interconexión de dispositivos puede exponer datos sensibles a posibles vulnerabilidades. Por lo tanto, es importante implementar medidas de seguridad adecuadas para proteger la integridad y la privacidad de los datos en un entorno IoT.
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