El año pasado, Musk sacó a escena a una persona disfrazada de robot. Este año salió el humanoide. El robot apenas dio unos torpes pasos, saludó mecánicamente y se retiró del acto, celebrado en las oficinas de la compañía en Palo Alto (California) y retransmitida por internet. “El robot puede hacer mucho más de lo que os acabamos de mostrar. No queríamos que se cayera de bruces. Así que ahora os mostraremos algunos videos del robot haciendo un montón de otras cosas”, se justificó Musk.
La compañía proyectó entonces unas imágenes en que el robot, conectado a un cable, era capaz de hacer algunas tareas sencillas sin excesiva habilidad. Los técnicos estuvieron un buen rato explicando lo complicado que es conseguir que un robot camine sin caerse y, aún más, que pueda usar sus brazos y manos para manipular cosas. “Todavía queda mucho trabajo por hacer para perfeccionar Optimus y probarlo”, admitió Musk.
Tesla mostró luego un prototipo aún menos desarrollado de la próxima generación del robot. Frente al aspecto mecánico del primero, el segundo mostraba un diseño limpio y elegante, pero apenas se tenía en pie. A punto estuvo de caerse y los técnicos tuvieron que sostenerle. “Como de costumbre, las presentaciones de Tesla se ponen calientes”, bromeó Musk, quizá recordando cuando el cristal “indestructible” de un vehículo se rompió en plena presentación hace tres años. “No estaba preparado para caminar. Pero creo que caminará en unas semanas”, explicó.
“Nuestro objetivo es fabricar un robot humanoide útil lo antes posible y también lo hemos diseñado utilizando la misma disciplina que con el coche, es decir, de forma que sea posible fabricar el robot en un alto volumen a bajo coste y con alta fiabilidad. Así que eso es increíblemente importante”, explicó el magnate en su intervención inicial. Musk sostuvo que los robots podrán efectuar trabajos, de forma que haya “un futuro de abundancia” y una “transformación de la civilización”.
Claramente, el robot de Tesla es aún más torpe que otros prototipos. Compañías japonesas como Toyota y Honda han diseñado robots que se mueven con más agilidad y que incluso son capaces de tirar a canasta y encestar, pero Musk no se arredra: “Se han visto demostraciones de robots humanoides muy impresionantes. Y eso es genial, pero, ¿qué les falta? Les falta un cerebro, no tienen la inteligencia para navegar por el mundo por sí mismos, y también son muy caros y se fabrican en bajo volumen. Mientras que Optimus está diseñado para ser un robot extremadamente capaz, pero hecho en un volumen muy alto, probablemente, en última instancia, millones de unidades y se espera que cueste mucho menos que un coche. Así que yo diría que probablemente menos de 20.000 dólares sería mi conjetura”, añadió.
El robot tiene una batería eléctrica en el pecho que le proporciona energía. Está diseñado para ser eficiente en el consumo de la misma. Tiene una placa central que le sirve como inteligencia artificial y un sistema de navegación similar al que desarrolla la compañía para sus coches autónomos, a cuyos avances dedicó Tesla buena parte de la jornada.
Optimus tiene visores y sensores incorporados, conectividad inalámbrica, capacidades de audio y puntos de transmisión de fuerza para poder transportar o sujetar cosas, además de moverse. “Cuenta con características de seguridad de hardware que son importantes para proteger tanto al robot como a las personas que lo rodean”, explicó la ingeniera mecánica al cargo del proyecto.
El magnate es consciente de que queda mucho por mejorar. Lo que quiere es poder fabricar una cantidad suficiente de robots para probarlos en las fábricas de Tesla y ver si son útiles como trabajadores. Y mientras tanto, ir mejorando sus capacidades. Pero no solo eso: “Queremos tener versiones realmente divertidas de Optimus y que puedan ser útiles y hacer tareas, pero también puedan ser una especie de amigo y compañero y pasar el rato contigo. Y estoy seguro de que la gente va a pensar en todo tipo de usos creativos para este robot”, señaló Musk durante el turno de preguntas y respuestas.
Con el tiempo podemos tener un tipo de androide como los de las películas de ciencia ficción como Star Trek The Next Generation. Podríamos programar el robot para ser menos robótico, más amigable, para aprender a emular a los seres humanos y sentirse muy natural. Así que a medida que la inteligencia artificial en general mejore, podemos añadir eso al robot y obviamente debería ser capaz de obedecer instrucciones simples, o incluso intuir qué es lo que quieres”, añadió.
Musk dijo que tendrán cuidado en “no seguir el camino de Terminator”, la saga de ciencia ficción en el que los robots se rebelan contra los humanos. Habrá salvaguardas, entre ellas la posibilidad de pararlo y de actualizar su sistema operativo por internet. Defendió que Tesla es una buena entidad para acometer el proyecto del robot desde el punto de vista de la gobernanza: “Somos una empresa que cotiza en Bolsa. Y eso significa que el público controla Tesla y eso está bien. Así que, si me vuelvo loco, me podéis despedir. Esto es importante”.
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